El primer ciervo de Kento de los Alconeros en compañía de su dueña, una joven cazadora de 9 años
Crónicas de caza

El primer ciervo de Kento de los Alconeros en compañía de su dueña, una joven cazadora de 9 años

Un imponente ciervo puso el broche de oro a la primera jornada de berrea de Milagros y Kento. Hablamos con su tío, el afortunado cazador y ejemplo a seguir de la joven en el mundo de la cinegética.


Seguro que muchos recordáis la historia de Kento de los Alconeros, el cachorro de Sabueso de Baviera que Emilio López Aguilar regaló con el fin de promover la afición por los perros de rastro de sangre entre los más pequeños. Milagros, una niña extremeña de 9 años, fue la elegida entre muchos candidatos.

Hace unos días el cachorro tuvo su primer rececho en compañía de su pequeña y flamante propietaria. Te lo contamos a continuación.

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Tío, sobrina y Kento.

Todo empieza con un madrugón

El 12 de septiembre, la dehesa extremeña se convertía en el escenario de la que sería una jornada inolvidable: Milagros y Kento acompañarían a Víctor Manuel, el tío de la niña, a recechar un ciervo. ¡Y qué ciervo…!

Se levantaron a las cinco de la mañana, un madrugón importante para una niña de tan solo nueve años. Su tío, Víctor Manuel, nos cuenta que era tal la ilusión que tenía por disfrutar su primera jornada de caza con Kento que no le costó nada levantarse. La pequeña tuvo siempre una gran pasión por la caza y esta parece haberse multiplicado desde que el cachorro llegó a su vida. Sin duda formarán un binomio inquebrantable.

 

Varias entradas infructuosas

Al llegar a la finca, se reunieron con los propietarios y la guardería para planificar la jornada. Antes del amanecer, el cazador, su sobrina y Kento, pusieron rumbo al monte.

Hicieron varias entradas a distintos animales, pero en ninguna tuvieron opción de jugar un lance. “Los ciervos no estaban del todo encelados y no nos dieron ninguna oportunidad”- cuenta Víctor Manuel. Pese a que la suerte de primeras no los acompañó Milagros disfrutó cada minuto y fue escuchando atentamente todos los consejos que tanto su tío como los guardas le fueron dando.

 

Buena compañía

Además de la guardería, a la que el cazador está tremendamente agradecido por la buena labor y el trato que dieron a su sobrina, en esta jornada estuvieron presentes varios miembros de los Young Wild Hunters que se encargaron de inmortalizar la experiencia. Víctor Manuel ha querido hacer mención especial a los cámaras por su profesionalidad y por facilitar el primer contacto de Milagros con las cámaras.

Se portaron genial con Mila y ella no pudo sentirse más cómoda

La suerte estaba a punto de cambiar

Las horas pasaban y los ciervos se resistían. No parecía que fuera a haber suerte, pero, como bien sabemos los que practicamos este noble arte, nunca se puede dar nada por perdido. La suerte siempre puede cambiar. Y así fue.

De pronto, cuando la mañana ya llegaba a su fin avistaron un grupo de ciervos. El cazador se fijó en uno y le hicieron la entrada. Tras valorarlo, resultó ser un ejemplar joven, así que lo indultaron. Lo que no sabía Víctor Manuel es que lo mejor estaba por llegar. Un gran macho con unas gruesas e imponentes cuernas apareció. Ese sí, ese se había convertido en el objetivo del cazador.

Un Blaser R8 calibre .300WM con un visor Zeiss V6 de 2.5-15x56, mucho temple y puntería fueron los elementos que permitieron dar caza al animal. Un disparo certero, cero sufrimientos y mucha felicidad.

 

Milagros y Kento

El ciervo no tardó ni un segundo en desplomarse al recibir el impacto de la bala. Cayó seco y eso alegró enormemente a Víctor Manuel un cazador de los pies a la cabeza que lleva la moral por bandera.

Casi tanto o más que el tirador disfrutó el lance su pequeña acompañante. Milagros fue corriendo a cobrar la pieza, por supuesto, con Kento al lado, y su tío aprovechó para explicarle cómo proceder. El respeto por el ejemplar abatido y el posterior despiece y aprovechamiento fueron algunos de los aspectos que, con muy buen criterio, el cazador explicó a la pequeña.

“El cachorro de primeras se asustó, era su primer cobro”-cuenta Víctor Manuel, aunque, no le duró mucho el susto. Su afición por la caza ya despuntaba.

El ciervo

El ciervo resultó ser medalla, con 173 puntos alcanzó la plata. Las cuernas, como puede apreciarse en las imágenes, eran realmente gruesas y conforman un trofeo precioso.

Este ejemplar brindó a Milagros una experiencia inolvidable y fue el pistoletazo de salida para Kento en el mundo de la caza.

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